De manera casi inevitable, comenzamos nuestro recorrido en la ciudad de La Laguna, mi ciudad. Por su historia, patrimonio, gastronomía, fiestas, entorno e innumerables aspectos, debemos decir que La Laguna es una ciudad a la que envidiar. Quizás no se enmarque dentro de lo que desde fuera se ve como Canarias, pero sin duda es un lugar singular que debe ser al menos mínimamente conocido.
Situada en el noreste de la isla de Tenerife, a escasos kilómetros de la capital, Santa Cruz de Tenerife (de hecho, debido al crecimiento poblacional ya están unidas ambas ciudades), se encuentra inmersa entre montañas, concretamente en el valle de Aguere. Se dice que su nombre viene de que antiguamente existía allí una inmensa laguna. Pero lo realmente relevante de su situación, es su clima. A pesar de que imaginemos sol y playa, no todo en Tenerife es eso, y La Laguna, es un ejemplo. Es un sitio en el que su clima húmedo y fresco hace que debamos llevar siempre a mano una chaqueta o algo por el estilo, por lo menos de noche. A pesar de este inconveniente, su mayor ventaja es su patrimonio (desde 1999 se encuentra dentro de las ciudades declaradas por la U.N.E.S.C.O. Patrimonio de la Humanidad) y su trazado peatonal, que nos permite desplazarnos por toda la ciudad a pie, sin coches en gran parte de ella y con una amplia oferta comercial que acompaña en las calles principales y que se camuflan con la arquitectura de las antiguas casas con las que las tiendas conviven.
En lugar de seguir comentando los lugares emblemáticos, la Universidad o la historia lagunera, optaremos por describir un ejemplo de cómo pasar un día en la ciudad tinerfeña.
La mañana podría dedicarse a recorrer la ciudad, callejeando y visitando lugares como, por ejemplo, la iglesia de la Concepción. De ahí, podríamos seguir por la calle herradores o por la de Obispo rey, hasta llegar a la Catedral (ver mapa1, mapa 2) y luego, podríamos continuar hasta llegar a la plaza del Adelantado y el Ayuntamiento. Aquí podemos ver algunos edificios históricos, como la casa del corregidor o la casa de la Alhóndiga que nos dejan entrever la arquitectónica lagunera. Si queremos ver algunas tiendas más, podemos ir a la Avenida Trinidad y a su paralela calle Heraclio Sánchez.
A la hora de comer, podemos optar por ir a un restaurante o ir a alguna tasca o bodegón. Lo recomendable sería ir a algún sitio de comida canaria como puede ser El Patio Canario (ubicado en una casa típica canaria del siglo XVIII), el restaurante Maquila, el restaurante La casa Encantada (con comidas más elaboradas y un ambiente más íntimo) o el restaurante el Tonique; que serían ejemplos de los restaurantes canarios más reconocidos tanto por la gente de fuera como por la de la propia ciudad. Podemos también comer, en tascas o bodegones como por ejemplo; la Tasca el Obispado, la Tasca Telesforo, el Bodegón Viana (famoso entre otras cosas por su queso asado con mojo) o el Bodegón Tocuyo.
Por la tarde, podemos seguir recorriendo la ciudad, callejeando. Pero para continuar con una ruta, podemos ir a la Plaza del Cristo, en la que ahora se puede observar también el Mercado. Si continuamos podemos llegar hasta el Parque de La Vega. Otra opción sería ver la Universidad de la Laguna o llegar hasta el Museo de La Ciencia y el Cosmo (los domingos es gratuito).
Para merendar se puede ir a una de las tantas Zumerías, Hamburgueserías, Areperas (la Carajita o Punto Criollo) o tomarnos un perrito caliente (en casa Peter o en la Concepción, por ejemplo).
En último lugar, si se quiere terminar el día de fiesta, lo mejor será salir por los numerosos bares que hay por el centro, en la Zona del Cuadrilátero y calles de alrededor. Se podría empezar la noche tomando alguna cerveza en la Jarrita por ejemplo, para luego, según lo que busquemos ir a bares con música más comercial y pachanguera (zona cuadrilátero) o pubs con música más rockera como el Haring, el Blues Bar o incluso el Monkey. Si aún queremos más fiesta, los últimos en cerrar son el Sketch y el Bar Rock y su música es ya electrónica.
A la hora de comer, podemos optar por ir a un restaurante o ir a alguna tasca o bodegón. Lo recomendable sería ir a algún sitio de comida canaria como puede ser El Patio Canario (ubicado en una casa típica canaria del siglo XVIII), el restaurante Maquila, el restaurante La casa Encantada (con comidas más elaboradas y un ambiente más íntimo) o el restaurante el Tonique; que serían ejemplos de los restaurantes canarios más reconocidos tanto por la gente de fuera como por la de la propia ciudad. Podemos también comer, en tascas o bodegones como por ejemplo; la Tasca el Obispado, la Tasca Telesforo, el Bodegón Viana (famoso entre otras cosas por su queso asado con mojo) o el Bodegón Tocuyo.
Por la tarde, podemos seguir recorriendo la ciudad, callejeando. Pero para continuar con una ruta, podemos ir a la Plaza del Cristo, en la que ahora se puede observar también el Mercado. Si continuamos podemos llegar hasta el Parque de La Vega. Otra opción sería ver la Universidad de la Laguna o llegar hasta el Museo de La Ciencia y el Cosmo (los domingos es gratuito).
Para merendar se puede ir a una de las tantas Zumerías, Hamburgueserías, Areperas (la Carajita o Punto Criollo) o tomarnos un perrito caliente (en casa Peter o en la Concepción, por ejemplo).
En último lugar, si se quiere terminar el día de fiesta, lo mejor será salir por los numerosos bares que hay por el centro, en la Zona del Cuadrilátero y calles de alrededor. Se podría empezar la noche tomando alguna cerveza en la Jarrita por ejemplo, para luego, según lo que busquemos ir a bares con música más comercial y pachanguera (zona cuadrilátero) o pubs con música más rockera como el Haring, el Blues Bar o incluso el Monkey. Si aún queremos más fiesta, los últimos en cerrar son el Sketch y el Bar Rock y su música es ya electrónica.
1 comentario:
eh eh eh, es injusto... si no te hubieras perdido las cañas musicales ahora belmonte sería el gran reclamo de este blog jajaja.
luego te mando una recetaca de las mías: sencillas a la par que elegantes
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